Clínica de Problemas Médicos Asociados con la Intimidación Escolar del Centro Médico Nacional Infantil de Washington
El acoso escolar entre alumnos es una epidemia silenciosa.
En casos extremos, puede derivar incluso en la muerte tanto del chico hostigado como del hostigador, de acuerdo a Jorge Srabstein, director de la Clínica de Problemas Médicos Asociados con la Intimidación Escolar del Centro Médico Nacional Infantil de Washington ,que el acoso incide en el rendimiento escolar dado a que provoca ausentismo, bajas notas y abandono de la escuela, destaca que en los Estados Unidos el 15% de los adolescentes de 11 a 17 años participaría en el acoso escolar, como víctimas o victimarios, al menos una vez por semana.
El 10% de ellos estaría ausente de la escuela la mitad del tiempo de clase y el 7% tendría notas muy bajas. Además, el 33% sufriría de depresión, cefaleas, dolores abdominales e insomnio por lo menos una vez por semana, mientras que el 22% habría tratado de suicidarse y el 20% llevaría a la escuela un arma o elemento cortante en algún momento del año. Los alumnos que no participan en el acoso escolar presentan un 50% menos de problemas educacionales y de salud que los compañeros involucrados en este tipo de agresiones.
El acoso escolar llamado “bullying” consiste de acuerdo al profesor Teodoro Hernández hace referencia a un grupo de personas que se dedican al asedio, persecución y agresión de alguien, o bien a una persona que atormenta, hostiga o molesta a otra. Aparecen cuatro aspectos claves:
a) ataques o intimidaciones físicas, verbales o psicológicas, destinadas a causar miedo, dolor o daño a la víctima;
b) abuso de poder, del más fuerte al más débil;
c) ausencia de provocación por parte de la víctima;
d) repetidos incidentes entre los mismos niños o jóvenes durante un tiempo largo y sostenido.
Comentarios
La violencia escolar puede darse en diferentes formas, directas o encubiertas, tales como: molestar, amenazar,
golpear, atormentar, perseguir a una víctima (por uno o más escolares). De una manera más encubierta
o enmascarada provocando el aislamiento social intencional, la exclusión, la creación de rumores injuriosos, etc.
De acuerdo a Ahmad y Smith (1994); y Smith y Sharp (1994), mientras que los niños típicamente se involucran
en los métodos más directos de intimidación, las niñas, quienes hacen este tipo de agresión, comúnmente
utilizan métodos más indirectos y sutiles.
Enunciemos aquí algunos de los parámetros de comportamiento
que le definen:
- Abuso repetido y prolongado creando así un patrón constante de hostigamiento.
- Comportamiento generalmente premeditado. Puede
ser físico, verbal, gestual, social, psicológico o sexual. El gesto intimidatorio puede ser difícil de detectar a menos que esté divulgado. Los adolescentes son particularmente vulnerables y expuestos a la intimidación verbal. Éste implicará con frecuencia referencias a la familia, al origen étnico cultural, a las cualidades físicas, a las inhabilidades,
al género (Milligan y Thomson, 1992); y a la edad (Griffiths, 1993).
- Se trata de un abuso de menor a menor (entre pares).
- Existe una satisfacción personal del intimidador con la acción de dominar al otro, además un reconocimiento
social de otros compañeros ante las acciones de dominio o poder sobre las víctimas.
- Se da en el anonimato, a espaldas de los adultos.
- Recientemente la intimidación u hostigamiento ha sido reportado en «chat rooms» de las computadoras
y mediante «e-mail».
- Los niños que son intimidados experimentan un sufrimiento
real que puede interferir con su desarrollo social y emocional, al igual que con su rendimiento escolar. Algunas víctimas de intimidación han intentado
suicidarse.
- La extorsión, el abuso de la fuerza, la exclusión, los hurtos y vandalismos, son ejemplos de abuso escolar muy frecuentes, sus efectos emocionales en los menores son extensos y muy graves.
¿Qué favorece la violencia escolar?
- El silencio.
- Un contexto en el que padres y maestros están pocas veces enterados de la existencia de la intimidación.
- La minimización o negación de los hechos.
- La falta de intervención oportuna y firme de las autoridades.
- La injusticia y falta de congruencia en la imparticiòn de límites.
- Un contexto violento e intimidante en el núcleo familiar.
Distrito Lasallista México Norte Comisión de la Misión Educativa 3
- La indulgencia de la autoridad ante los actos de abuso.
Mientras más se violente este espirítu humano, mayor posibilidad de manifestaciones caóticas, de quebrantamiento
y desorden afectivo
Las experiencias tempranas de socialización en el nucleo
familiar, así como en el entorno de la comunidad del niño y la niña, entran en el centro de la génesis de la violencia escolar. Es en el hogar y en la escuela donde el niño puede tener la oportunidad de introyectar
patrones de comportamiento sanos, derivados del respeto, el orden, los límites, la solidaridad, la confianza, el afecto, la justicia; o bien, introyectar violencia, rechazo, desconfianza, abuso, injusticias, individualismo, ausencia de límites, etc.
Tanto el rechazo, abuso y exceso de violencia, así como la indulgencia y la ausencia de límites, generan conductas desafiantes y violentas. Las actitudes violentas
o desafiantes reflejan los efectos negativos de relaciones conflictivas del menor con las personas que están en posición de autoridad. Estos niños presentan una actitud de desprecio ante el rechazo. Niegan la ley y la autoridad, proyectan sus sentimientos de culpa en otros, asumen roles pasivo-agresivos, desprecian y agreden a sus pares como un recurso defensivo para negar sus carencias afectivas, asumen una actitud de omnipotencia y poder sobre los demàs para cubrir sus propio daño emocional. Las carencias afectivas y experiencias
de profundo rechazo, un ambiente familiar disfuncional o caótico, son fenómenos que explican más claramente este comportamiento.